El buen hacer
Existen sólo dos maneras de hacer las cosas: bien y mal.
Como bien es sabido, el fin justifica los medios… o no?
Puedes hacer creer que tienes una gran cartera de fans, comprándolos… pero eso te hace mejor?
Tarde o temprano cada cual opinará de una manera en función de las expectativas por las que se ha pagado, aunque puede que la tarifa no sea realmente importante si la atención al cliente y el servicio en general te ha dejado un mal sabor de boca.
En esta gran vorágine de las redes sociales hemos perdido un poco el norte. Parece que todo vale, pero realmente en algunos casos parece que sólo hay una máquina que hace recuento detrás de esas fotos maravillosas.
Humanicemos el sentido y ofrezcamos un servicio real que cubra las expectativas de nuestros clientes y no nos dejemos llevar por la fama, pues como dice el viejo refrán, torres más altas han caído.
Detrás de cada establecimiento, sea del tipo que sea, hay un equipo humano que se esfuerza por ofrecer lo mejor de sí y demostrar de este modo que todo forma un conjunto en sí mismo y es por eso por lo que merecerá la pena regresar.
No es la primera vez que en una de las famosas redes sociales (o antisociales) escribo una deferencia hacia el personal del establecimiento y recibo un «me gusta» que no me sabe a nada.
Seriamente planteémonos quiénes somos, qué se espera de nosotros, y qué es lo que realmente esperamos de los demás.
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